Cualquier tarea es tan redundante como la actitud de uno hacia ella. Si uno tiene una mala actitud hacia el trabajo en general, incluso el trabajo más impredecible puede parecer aburrido. Y si uno se acerca positivamente, incluso el trabajo más repetitivo puede parecer útil.
Esto se puede ilustrar mejor a través de una historia corta. Dos albañiles habían estado trabajando en una obra de construcción durante unos meses. Un día, un transeúnte les preguntó sobre sus trabajos. Un albañil explicó cómo su tarea es colocar ladrillos. Pone mortero en la pared a medio construir, toma un ladrillo y lo pone sobre el mortero. Y luego repite todo el proceso. El segundo albañil explicó que está construyendo el centro comercial más nuevo de la ciudad. Él pone ladrillo y construye las paredes. Y cuando las paredes estén levantadas, el trabajo restante será realizado por otros trabajadores y finalmente el nuevo centro comercial estará listo.
¿Cuál fue la diferencia entre los dos trabajadores? A uno no le importaba lo que estaba construyendo, solo vio que había puesto ladrillos. El otro se centró en la imagen más grande de su trabajo. Que incluso si simplemente estuvo colocando ladrillos durante meses, lo que estaba construyendo era diferente de lo que había construido anteriormente. Esperaba la finalización del centro comercial, incluso si su propio trabajo terminaría mucho antes de eso.
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Tal actitud de “panorama general” es bastante motivadora cuando uno tiene que hacer trabajos de reptiles.
Otro problema de las tareas redundantes es el riesgo de caer en una rutina. El hecho de que su trabajo sea redundante no significa que su mente también tenga que serlo. Cuando trabajaba en una fábrica de automóviles, los operadores habían designado tareas para fijar piezas al automóvil a medida que avanzaba por la línea de montaje. Imagine a un tipo que arregla los mismos 3 tornillos en la misma parte del auto 8 horas todos los días. Y, sin embargo, la fábrica depende de la observación de estos operadores, cuando experimentan problemas y fallas, informan y desarrollan soluciones. Muchos de ellos piensan en cómo mejorar las cosas, hacer su trabajo de manera más eficiente o segura. Operadores como estos tienen varias ideas brillantes que son adoptadas por las fábricas. No permiten que sus trabajos mundanos se estanquen sus cerebros.
Le sugiero que vea la película “The Grand Budapest Hotel”. Representa la vida del chico del lobby de un hotel que aprende importantes lecciones de vida en su trabajo. Hubo otros chicos del lobby antes y después de él, que simplemente hicieron su trabajo, pero este hizo su trabajo con una actitud diferente y lo llevó a lugares.